sábado, 16 de julio de 2016

Rotación interna de cadera: un movimiento subvalorado

Mucho énfasis se ha colocado en las restricciones que nos generan los flexores de cadera, y con buena razón, ya que nuestros hábitos de estar sentados por largos periodos durante el día nos lleva a un acortamiento adaptativo de éstos, generando falta de movilidad en la rotación interna de cadera, un fenómeno que a menudo es pasado por alto. Pero… ¿por qué es tan importante este movimiento?

En aspectos generales, la cadera es una articulación compuesta por el hueso fémur y el hueso de la pelvis (coxal o iliaca), estructurados de forma tal como para ser una articulación particularmente móvil. Clasificada como una bola dentro de una cavidad, de diseño similar al hombro, su anatomía le permite moverse a través de una amplia gama de movimientos a lo largo de muchos planos diferentes del cuerpo.

Entre su gran cantidad de movimientos se encuentra la rotación interna, que se produce cuando el fémur gira dentro de la articulación de la cadera hacia la línea media del cuerpo y la pelvis rota, como por ejemplo, al dar un paso.

Por lo general, el rango mínimo de movimiento es considerado “suficiente” a 35 grados, número que asciende a 45 para aquellas personas que practican deportes rotacionales (golf, runnig, futbol, tenis) o actividades que requieran flexiones profundas de cadera (levantamientos de pesas, vóley).

Si el cuerpo no tiene la rotación interna necesaria para completar el movimiento, otras estructuras se verán obligadas a compensar, causando problemas que inevitablemente, en algún lugar, generarán futuras lesiones.

Existen patrones compensatorios comunes por la falta de movilidad en la rotación interna al realizar una estocada, sentadilla o una rotación del tronco sobre un pie. Estas compensaciones -rotación hacia afuera de los pies, colapso del arco del pie y de rodillas (valgo de la rodilla)- efectivamente engañan el rango de movimiento al reducir la cantidad de rotación (aspecto visible en el swing de golf o la zancada al correr). La excesiva rotación de la columna lumbar también es una posible compensación.


Sin embargo, el déficit de rotación interna es mucho más común de lo que uno se puede imaginar, pudiendo iniciar una larga cadena de disfunciones que en algún momento se traducirán en dolor, lesiones o disminución del rendimiento.

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